Por fin llegó la hora de conocer San Juan
del Sur!
A tan sólo 24
kilómetros de distancia de la frontera con Costa Rica, en el Pacífico Sur, el
pequeño pueblo de San Juan del Sur muestra su enorme playa de tres kilómetros
de arena blanca rodeada por montañas y selva. Los escasos turistas - ahí reside
parte de su encanto - se mezclan con los pescadores, que buscan capturar un pez
vela o un tiburón de tamaño récord. Todo ello, en la bahía que hace casi 500
años deslumbró al marinero español Andrés Niño y que a mediados del siglo XIX
fue testigo del paso de miles de norteamericanos que buscaban un viaje más
corto para viajar desde San Francisco hasta Nueva York. Pronto descubrieron que
ese trayecto era también el más placentero para sus ojos…
Nexus aprovechó el fin de semana para
disfrutar de esta obligadísima visita. Antes de llegar a Nicaragua, amigos y
conocidos ya nos hablaron maravillas del lugar. Sin ir más lejos, en Managua a
la gente se le iluminaba la cara cuando nos preguntaba: “¿Ya habéis ido a San
Juan del Sur?” Ahora podemos responder que sí con la misma sonrisa y regocijo,
como si compartiéramos un magnífico secreto. El lugar es tan auténtico que nos
llamó la atención que no hubiera más turistas.
San Juan del
Sur tiene un encanto especial. La semana de pesado trabajo en Managua se convirtió
rápido en una vaga memoria y nos sentimos completamente parte del lugar. Nos
recibió un espectacular atardecer que dio paso a una media luna sonriente que iluminaba
con romanticismo el mar y las barquitas de los pescadores fondeadas sobre el
agua de plata. La bahía estaba en calma, como un plato, y protegida por
montañas a cada uno de sus lados.
Vista desde el Cristo de la Misericordia, en el cerro derecho de San Juan del Sur a 110 metros de altura.
El Cristo de la Misericordia vigila la bahía y apunta con su dedo índice hacia el Sur
Más que a
turistas, vimos a extranjeros que, como nosotros, forman parte del lugar. Todos
respetan al máximo la tranquilidad y el bienestar que hacen a San Juan del Sur
tan especial.
La bahía de San Juan del Sur
A la mañana
siguiente nos dirigimos al “Gato Negro”, un Coffee
House y Bookstore que pertenece a una pareja de americanos. Nos encantó por su
completísimo menú de cafés y desayunos: tortitas de arándanos , de plátano con
chocolate, “french toast”, y todo tipo de “bagels”,
así como zumos naturales y batidos. Poseen una
librería con cientos de libros nuevos (en ingles la mayoría) y aunque parecía
muy tentador quedarse en el Gato Negro toda la mañana, ir a descubrir las playas lo fue más todavía.
El mejor brunch de Nicaragua
La tranquilidad de El Gato Negro nos sedujo
Café hecho con mucho cariño
Podéis visitar su página en facebook pinchando aquí
Las múltiples playas de los alrededores
de San Juan del Sur son un auténtico tesoro, mezclan la calma de un entorno
paradisíaco con la tempestad que buscan los amantes del surf. El agua del
Pacífico es transparente y limpia, y con un poco de suerte se puede ver a los
pelícanos pescando. Las tortugas eligen la limpia arena de sus orillas para
poner los huevos, allí nadie las molesta.
Playa Maderas esta a unos 15 km al norte
de San Juan del Sur y es la favorita de los surferos. Nos encantó el ambiente
relajado y el chiringuito Tacos Locos, donde descubrimos los mejores tacos de
pescado fresco.
Tacos Locos y Toñas muy frías!
Los mejores tacos de pescado!
La famosa cerveza Toña, “el cuerpo y el sabor que hace a Nicaragua una”
Al día siguiente fuimos a Playa Hermosa
con un servicio de Taxi 4x4, ya que el día anterior llegamos a Playa Maderas a
duras penas con un Toyota Corolla. Tanto, que sufrimos un pinchazo, y el cambio
de rueda nos lo hicieron unos nicaragüenses muy simpáticos que gestionan un
alojamiento para surferos en la misma playa.
Playa Maderas
Playa Maderas
Después de unos 20 minutos de camino,
llegamos a Hermosa, una larga playa que verdaderamente hace justicia a su
nombre. Había algunos surferos, pero prácticamente la tuvimos para nosotros
solos.
La fina arena y sus famosas olas hacen de Playa Hermosa un lujo para los visitantes
El día fue tan largo que también nos
permitió hacerle una visita a la Playa el Coco, dónde vimos menos extranjeros.
Además, nos sorprendió la infraestructura. Las casas de playa y los
chiringuitos estaban más desarrollados, pero sin restarle belleza al enclave.
Atardecer en la playa de San Juan del Sur desde el bar Iguana
De vuelta a Managua nos sorprendió la lluvia
y un arcoíris espectacular que salió del lago de en una hermosa
despedida…
No hay comentarios:
Publicar un comentario